Una convergencia de intereses (léase: oposición a Estados Unidos) está acercando más que nunca a Irán, China y Rusia. A medida que se deterioran sus relaciones con Occidente, Rusia y China tratan de reconfigurar los flujos de poder mundiales de forma que les resulte ventajosos.
La integración de Irán en la arquitectura euroasiática de China y Rusia es tan complicada como trascendente para las relaciones económicas y de seguridad en toda Eurasia. Mientras Pekín y Moscú tratan de avanzar en sus respectivos objetivos estratégicos al tiempo que cooperan en el marco de la Organización de Cooperación de Shanghai, la integración de Irán tiene el potencial de cambiar el equilibrio estratégico entre ambos. Durante mucho tiempo, Irán ha tenido dificultades, tanto económicas como geopolíticas, debido a las persistentes sanciones que se le han impuesto y a la actitud hostil que ha tenido por parte de Estados Unidos y otros países occidentales.
Sin embargo, recientemente ha llegado un resquicio de esperanza con el inicio de las operaciones en el puerto de Chabahar. Situado en el sureste de Irán, en la desembocadura del Golfo de Omán, el puerto goza de una ubicación estratégica ideal que conecta el subcontinente indio con Afganistán y países de Asia Central como Kirguistán y Uzbekistán.
El puerto de Chabahar ofrece reducciones significativas en los costes y los tiempos de envío de mercancías y cargas para el comercio entre India y Afganistán, así como para el comercio entre el subcontinente indio y Asia Central. Asimismo, el International North – South Trading Corridor (INSTC) ofrece una ruta de transporte multimodal mucho más rápida para el comercio con Europa.
El INSTC contribuye al imperativo estratégico de Moscú de preservar su influencia en el sur del Cáucaso y la cuenca del Mar Caspio. El aumento de la velocidad comercial de los envíos entre Europa e India podría ser de entre el 50 y el 100% en comparación con la ruta tradicional del Canal de Suez. Así pues, el desarrollo del puerto de Chabahar ha permitido a Irán convertirse en un centro de comercio regional mediante la promoción de estas operaciones comerciales marítimas.
La posición estratégica de Irán en el corazón del borde sur de Eurasia también lo convierte en el pivote geográfico de la Belt and Road Initiative (BRI) de China. La capacidad de Irán para proyectar su poder a través de Afganistán se había visto frenada por la presencia de fuerzas estadounidenses en el país, pero la retirada de Estados Unidos y el vacío de poder que la acompañó dejaron a Irán con nuevas formas de ejercer influencia, tanto diplomática como a través de grupos militantes por delegación, desde Afganistán hasta Asia Central.Con la vacilación de los Estados de Asia Central, como Kazajstán, de apoyar los esfuerzos rusos en Ucrania, el papel de Moscú en la región es mucho más dudoso. Irán no ha perdido el tiempo en intentar crear un consenso en torno a los compromisos a largo plazo con el puerto de Chabahar como centro comercial principal. En una reciente cumbre entre India y Asia Central, todos los países implicados coincidieron en la necesidad de reforzar los lazos económicos y diplomáticos. Irán e India se han comprometido a proporcionar a los países de Asia Central una participación en el puerto de Chabahar, reservando zonas específicas para sus operaciones comerciales. Al mismo tiempo, se llegó a un acuerdo para simplificar los procesos y las normas aduaneras con el fin de garantizar una circulación de mercancías más eficaz y sin obstáculos. Los funcionarios kirguises han declarado que la duración del tránsito de mercancías entre Kirguistán e India podría reducirse de su duración actual de 30 a 45 días a sólo dos semanas si se utiliza el puerto de Chabahar. Estos cambios inminentes son un buen augurio para Irán, ya que el establecimiento de nuevas rutas comerciales, con Chabahar como centro dominante, traerá tanto prosperidad como influencia diplomática para Irán sobre Asia Central.
La aparición de Chabahar es significativa, principalmente porque desbloquea rutas comerciales que antes eran inviables. Gran parte de este bloqueo anterior se ha debido a los intentos crónicos de Pakistán de perjudicar a India bloqueando sus rutas comerciales a través de Afganistán. Esto ha proporcionado históricamente a Pakistán un valor de molestia frente a Afganistán y tenía como objetivo impulsar su propio comercio con su vecino del norte, así como conceder una inmensa influencia diplomática a Islamabad sobre Kabul. Sin embargo, este bloqueo ha brindado a Irán la oportunidad de establecerse como centro regional de comercio, ofreciendo a Afganistán una solución a la obstrucción pakistaní, que estaba ahogando sus rutas comerciales y paralizando el desarrollo de su incipiente economía. La retirada de Estados Unidos y el vacío de poder que la acompañó dejaron a Irán con nuevas formas de ejercer influencia, tanto diplomática como a través de grupos militantes por delegación, desde Afganistán hasta Asia Central.
El puerto de Chababhar existe ahora en contraposición al puerto pakistaní de Gwadar, que Pakistán esperaba que se convirtiera en un motor regional. Geográficamente, aunque el puerto de Gwadar es viable, su ubicación en una región inhóspita ha resultado ser un problema. Y lo que es más importante, Pakistán cometió el error de alienar a su propia población local en Baluchistán al excluirla de los beneficios del desarrollo de Gwadar. Como consecuencia de estos errores no forzados, el puerto de Gwadar se asienta sobre unos cimientos débiles tanto desde el punto de vista financiero, en forma de deuda china inservible y problemas operativos, como desde el punto de vista funcional, por la dificultad para hacer frente a la insurgencia.
Esta secuencia de acontecimientos ha beneficiado a Irán, ya que ha adquirido un cierto grado de dominio regional y de influencia frente a Pakistán y Afganistán. El enfoque obstruccionista de Pakistán al comercio en la región lo ha dejado aislado tanto en el sentido diplomático como geográfico, y con Chabahar ofreciendo a Afganistán una ruta alternativa, gran parte del propio comercio de Pakistán con Afganistán y las esperanzas de su puerto de Gwadar han recibido un duro golpe. En un momento en el que Teherán se ha visto aislado ampliamente a nivel mundial y ha luchado contra las persistentes sanciones, el puerto de Chabahar le ha brindado la oportunidad de oro de posicionarse como centro del comercio regional y le ha ganado cierta ascendencia en relación con sus países vecinos de Asia Central, así como en referencia a Pakistán y Afganistán. Estos avances pueden anunciar una era de mayor competitividad y viabilidad económica para la economía de Irán y su peso regional.
Fte. Modern Diplomacy