A pesar de los casi 250 años de existencia de la Artillería en Estados Unidos, la evolución humana no ha conseguido hasta ahora dotar al Homo Sapiens de brazos optimizados para la carga de municiones. El Army encargó al Army Applications Laboratory (AAL), que reuniera a seis empresas con una misión común: «aumentar la velocidad de disparo y reabastecimiento de las piezas de artillería». Finalmente, Apptronik, con sede en Austin, fue seleccionada como la empresa que continuará el desarrollo de su prototipo: un brazo robótico.
El 30 de abril, la empresa hará una demostración de su nuevo sistema ante la AAL.
Según el director del proyecto AAL, Chris Sankovich:
«Lo que Apptronik ha desarrollado no es en absoluto lo que el Ejército buscaba cuando se lanzó la Artillery Resupply Cohort…»
Presenta un brazo robótico para hacer lo que había hecho un brazo humano, que pesa unos 90 kg, puede transportar mucho más que su peso en munición y es capaz de reabastecer de forma autónoma a los vehículos de transporte de munición, según afirman los mejores especialistas de Apptronik.
También cuenta con controles para tareas, que el brazo no pueda ejecutar sus de forma autónoma.
El prototipo se ha desarrollado en sólo nueve meses, lo que, a modo de comparación, es más rápido que el desarrollo y la puesta en marcha de las mascarillas estandarizadas del Ejército.
La empresa tejana ha trabajado ya en diversos proyectos de alta tecnología, como el exoesqueleto Sagittarius y el robot Valkyrie de la NASA. En palabras de la empresa, están especializados en «robótica centrada en el ser humano» y desarrollan sistemas pensados para trabajar «en estrecha proximidad con los humanos».
La iniciativa de carga de artillería de la AAL está vinculada al enfoque actual del Ejército sobre los fuegos de precisión, que hasta ahora ha dado lugar a programas como el proyecto del Extended Range Cannon Artillery (ERCA).
Fte. Over Defense