El Laboratorio de Investigación del Ejército (ARL) está diseñando nuevos cohetes, misiles y proyectiles de artillería capaces de destruir grupos de combatientes enemigos móviles, incendiar vehículos blindados y eliminar estructuras con un solo disparo, y todo ello a un alcance mucho mayor que el de las armas actualmente en servicio.
Con ese fin, el ARL está actualmente inmerso en una investigación de vanguardia, mediante impresión 3D, con la que pretende desarrollar nuevas aleaciones metálicas, carcasas de armas y geometrías de diseño para aumentar el alcance y la letalidad del emergente programa de Long Range Precision Fires (LRPF) del Ejército.
«La fabricación aditiva (impresión 3D) puede eliminar el peso de ciertos componentes, crear geometrías complejas en el interior de las cosas y patrones de fragmentación complejos», dijo en una entrevista a Warrior el Dr. Brandon A. McWilliams, ingeniero de materiales, jefe de fabricación de metales añadidos del ARL
El objeto del programa LRPF es el diseño de una serie de nuevas tecnologías que amplien de forma considerable el alcance, los efectos y la tecnología de guiado de la artillería, cohetes y misiles, entre otras armas.
Una de las armas que ahora se está prototipando, denominada Precision Strike Missile (PrSM), es un misil de superficie-superficie que puede alcanzar hasta 500 km, con el que se pretende obtener un impacto en la ecuación táctica y estratégica, al permitir a las fuerzas terrestres destruir objetivos enemigos a distancias mucho mayores, manteniendo así a las fuerzas atacantes a distancias de separación más seguras; también podría atacar estructuras enemigas fijas, ubicaciones de tropas y otros activos como defensas aéreas para facilitar la superioridad aérea sobre el espacio aéreo hostil.
«Tenemos en marcha muchos experimentos diferentes para el LRPF», dijo el vicejefe del Estado Mayor del Ejército, el general Joseph Martin, en una entrevista realizada el pasado otoño.
El LRPF sustituirá al envejecido Sistema de Misiles Tácticos del Ejército.
Las iniciativas del ARL incluyen el desarrollo de aleaciones metálicas más ligeras, el uso de titanio como alternativa y nuevas geometrías para las carcasas metálicas para los proyectiles. El objetivo del proyecto, según explicó McWilliams, es multifacético, ya que se trata de diseñar la capacidad de adaptar un «paquete para que se adapte a las amenazas».
El patrón de fragmentación que producen las explosiones desempeña funciones esenciales de ataque, ya que puede determinar el tipo de impacto de un arma. Una emisión de fragmentos más amplia, o más dispersa, podría ser más eficaz contra grupos de combatientes enemigos, mientras que unos fragmentos más limitados podrían resultar más eficaces contra estructuras fijas o vehículos blindados enemigos.
» Actualmente, cuando una carcasa de fragmentación explota muchos de los fragmentos no son útiles. Queremos ser capaces de controlar eso para aumentar la letalidad», dijo McWilliams.
McWilliams comparó el objetivo o el efecto pretendido de algunas balas con los de una «granada de fragmentación a gran escala».
Las municiones más ligeras pueden alcanzar naturalmente mayores alcances que los proyectiles más pesados, una dinámica que actualmente subraya el esfuerzo de investigación en curso del ARL para encontrar materiales alternativos.
«Algunos materiales disponibles en la actualidad no pueden sobrevivir a cosas como el lanzamiento desde un arma o el impacto en objetivos a velocidades muy altas para causar efectos. Estamos desarrollando nuevos materiales de alta resistencia y alta dureza», añadió McWilliams.
Fte. Warrior Maven