Aplicaciones para gafas de realidad aumentada

HoloLens, una plataforma de sensores y un sistema de visualización, que permite la inclusión de todo tipo de software, desde el reconocimiento facial hasta la operación de drones

Un dispositivo de mano es útil, si la persona que lo usa puede mirarlo cómodamente, a la vez que al resto de su entorno. Pero en combate, la acción demasiado rápida, como para que esa mirada hacia abajo y hacia arriba pueda simultanearse. Aparece aquí la utilidad del heads-up display, una herramienta desarrollada para proporcionar información relevante de forma inmediata a los ojos de la persona que la lleva puesta.

Oficiales del ejército exploraron recientemente una versión de esas gafas y comprobaron sus capacidades de futuro. También, a principios de este año, Ryan McCarthy, ahora secretario interino del Ejército, y el nuevo Jefe del Estado Mayor del Ejército, general James McConville, probaron prototipos del SIntegrated Visual Augmentation System, informó Military.com. Esa demostración incluyó la realización de una misión de «combate urbano» junto a rangers e infantes de marina, con heads-up display, que generaba enemigos virtuales en habitaciones vacías.

Construida sobre la plataforma Microsoft HoloLens, la tecnología tiene detractores entre los trabajadores de Microsoft, que enviaron una carta a la dirección de la empresa en febrero de 2019, argumentando que el uso de su mano de obra, para construir un sistema vinculado al daño a personas, va en contra de lo que pensaban que estaban construyendo para la empresa.

Los headset de realidad aumentada, que pesan alrededor de una libra, son fundamentalmente tecnologías de doble uso, concebidos originalmente como una herramienta educativa y de entretenimiento. Aunque el entrenamiento militar cae dentro de la definición más amplia posible de usos educativos, el combate sería una historia diferente.

Los casos de uso en combate probablemente se extienden al reconocimiento facial en tiempo real, como la capacidad de encontrar personas de interés en una multitud. La tecnología de reconocimiento facial es, hasta cierto punto, omnipresente en la vida moderna, pero por lo general implica que las personas ofrezcan voluntariamente sus fotos en bases de datos opt-in, en lugar de que las caras sean escaneadas por cámaras militares y comparadas con listas de control de personas de interés.

El reconocimiento facial mediante headsets es muy probablemente una consecuencia de las largas guerras contra la insurgencia libradas por Estados Unidos. El escenario, en el que un soldado o infante de marina podría necesitar identificar el rostro de un combatiente enemigo uniformado en un combate abierto, parece cada vez más raro. Sin embargo, sí el uso, en patrullas y operaciones de estabilidad que, a la vez sugiere el empleo en el mercado de la seguridad, aunque en este caso pueda ser eventualmente impedido por las leyes nacionales.

Además de la utilidad en el adiestramiento y el espectro del reconocimiento facial, el uso más probable de estos dispositivos es por los operadores a pie de drones, que podrían tener información en tiempo real de los aviones, a la vez que moverse con seguridad en su entorno.

La mayoría de los controles de pilotaje de los drones pequeños requieren centrarse en la pantalla de una tableta o llevar unos auriculares opacos de visión, ninguno de los cuales es propicio para recibir vídeo mientras se está en movimiento.

Fte. C4ISRNET

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