El recelo a la Administración Biden, la preocupación por los Abreham Accords, su posicionamiento geopolítico en Oriente Medio y la salvaguarda de los intereses en Israel son los principales motivos por los que el Presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, busca mejorar las relaciones con Israel que, sin embargo, él vincula a los palestinos.
Las declaraciones de Erdoğan sobre la evolución de las relaciones con Israel han confirmado los informes de los medios de comunicación sobre sus reiterados intentos de alcanzar un entendimiento en varias cuestiones controvertidas, así como de allanar el camino para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas. Estas declaraciones, así como las de otros funcionarios turcos, subrayan la conexión entre el cambio en las relaciones turco-israelíes y la política de Israel respecto a la cuestión palestina.
El «principio de vinculación» que conecta ambas cuestiones ha sido un factor clave en la política exterior turca desde la década de 1950, y se mueve entre las palabras y los hechos, que a veces también han provocado graves crisis en las relaciones entre ambos países.
En su momento, Turquía se opuso al plan de partición, pero reconoció a Israel y mantuvo relaciones diplomáticas con él. Las relaciones se suspendieron tras la segunda guerra árabe-israelí de 1956, cuando Turquía retiró a su representante diplomático de Tel Aviv, anunciando que no volvería allí «hasta que se encontrara una solución justa a la cuestión palestina de acuerdo con las resoluciones de la ONU».
Tras subir al poder, el presidente Erdoğan ha desarrollado el mencionado «principio de vinculación». Con el telón de fondo de las acciones de Israel con los palestinos, Turquía ha aumentado su apoyo político y económico a sus correligionarios musulmanes y ha provocado crisis.
Las recientes declaraciones del presidente Erdoğan han tenido como telón de fondo esta política: por un lado, ha expresado el deseo de su país de mejorar las relaciones con Israel y continuar la cooperación en materia de inteligencia; por otro, ha mantenido que el trato de Israel a los palestinos es «inaceptable».
Es importante señalar que Turquía no renunciará al «principio de vinculación», que difiere del principio de la nueva normalización árabe, basado en la separación entre la cuestión palestina y las relaciones con Israel. Los llamados Abraham Accords: como el reconocimiento del Estado de Israel por parte de los Emiratos Árabes Unidos en septiembre del año pasado: el tercer país árabe que reconoce formalmente a Israel, después de Egipto y Jordania; el cuarto si consideramos el reconocimiento «congelado» de Mauritania.
La política llevada a cabo por el presidente Erdoğan no sólo está condicionada por las relaciones exteriores, sino que también es una cuestión interna turca, en la que la opinión pública desempeña un papel fundamental. Parece que, hasta que se celebren elecciones en Turquía (previstas para el 25 de junio de 2023), no habrá una normalización completa con Israel. La mayoría de la población turca apoya a los palestinos y sus derechos, siente plena solidaridad por ellos y se opone a la presencia israelí.
Además, el presidente Erdoğan considera la cuestión palestina como un factor importante en la construcción de una identidad nacional turca musulmana renovada. Estas posturas aumentan su popularidad y refuerzan el apoyo de la gente a él y a su partido, así como su autoridad y prestigio en el mundo musulmán.
Al mismo tiempo, sin embargo, esta política también tiene implicaciones pragmáticas: El presidente Erdoğan no está rompiendo los lazos con Israel, sino que se limita a crear acciones que provocan síntomas de crisis «diplomáticas».
A pesar de esta actitud de esperar y ver, los lazos económicos entre Turquía e Israel están floreciendo. Según datos oficiales, en 2018 las exportaciones de Turquía a Israel tuvieron un valor de 6.500 millones de dólares y las importaciones de 1.900 millones de dólares (excluyendo el comercio de diamantes y el turismo). Tras la crisis de las relaciones y la expulsión del embajador israelí de Turquía (mayo de 2018), las exportaciones han caído a 4.000 millones de dólares en 2019 y las importaciones a 1.700 millones de dólares. Aunque en declive, siguen existiendo profundos lazos económicos.
Sin embargo, las relaciones comerciales no son el factor decisivo para determinar la naturaleza de las relaciones entre Turquía e Israel. Hay cuatro cuestiones que se cree que han llevado a Turquía a revisar sus relaciones con Israel:
- Turquía ha recibido al nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con cautela y con el temor de que se oponga a las actividades turcas en la región. El líder estadounidense también puede ser muy duro en materia de seguridad, armamento y derechos de las minorías en Turquía. Algunos creen que la mejora de las relaciones con Israel calmará la situación con el presidente Biden, y que el Congreso estadounidense y el lobby sionista podrían contribuir a este resultado. No se sabe, sin embargo, si el primer ministro Benjamin Netanyahu será tan buen mediador con Biden como lo fue con Donald Trump.
- Turquía pretende acabar con el aislamiento que se le ha impuesto debido al reparto de las zonas económicas marinas en el área del Mediterráneo Oriental, y está tratando de poner a Israel de su lado para desarrollar una postura conjunta y oponerse a dichas subdivisiones. Según fuentes israelíes, Turquía ha hecho a Israel una generosa oferta para ampliar su área de control sobre las zonas económicas marinas, a cambio de las posiciones de Turquía con Grecia, Chipre y Egipto. Israel ha reaccionado con cautela, tanto porque sopesa mucho las intenciones del presidente Erdoğan, como porque en realidad está interesado en reforzar sus relaciones con los países mencionados.
- Turquía está preocupada por los Abraham Accords de normalización con Israel, en particular el mencionado con los Emiratos Árabes Unidos, y Turquía pretende limitar su influencia y su estatus como «compromiso» posterior con sus rivales árabes. Turquía se esfuerza por desmantelar una alianza creciente entre los países árabes e Israel. Después de todo, nos preguntamos por qué Turquía no intenta, en cambio, mejorar sus lazos con los países árabes para lograr el mismo objetivo. ¿Será por la historia y la tradicional antipatía mutua?
- Turquía intenta aliviar la presión sobre las actividades que lleva a cabo en Israel y Palestina como consecuencia de la posible mejora de las relaciones con Israel. Turquía financia importantes proyectos en Jerusalén e Israel intenta contenerla y frenarla. A la inversa, una mejora de las relaciones entre Israel y Turquía podría liberar el obstáculo israelí.
Hasta la fecha, no se ha producido ninguna respuesta oficial israelí a las declaraciones turcas. Los medios de comunicación israelíes hablan de recelo y frialdad en respuesta al acercamiento turco, temiendo que el presidente Erdoğan esté preparando una estratagema, un truco destinado no a mejorar sus relaciones con Israel, sino a sabotear las relaciones y los contactos de Israel con otros países.
Sin embargo, filtraciones de altos funcionarios israelíes indican que su país ha puesto condiciones para restablecer las relaciones, que incluyen el fin de los vínculos de Turquía con Hamás y la transferencia de proyectos turcos a Jerusalén a través de canales israelíes, así como la abstención de votar en contra de Israel en las organizaciones internacionales y la adopción de una posición equilibrada entre Israel y los palestinos.
Todavía no está claro cuál será el destino de las relaciones entre Turquía e Israel en los próximos meses, con el presidente Biden en la Casa Blanca y después de las elecciones israelíes celebradas el 23 de marzo de 2021. Sin embargo, es importante señalar que Turquía no renunciará al «principio de vinculación», que difiere del nuevo principio de normalización árabe, basado en la separación entre la cuestión palestina y las relaciones con Israel.
El «principio de vinculación» turco es una necesidad real para Turquía, por lo que los jefes palestinos deben trabajar con Turquía para maximizar los objetivos comunes, especialmente con respecto a Jerusalén, la mezquita de Al-Aqsa y Gaza.
No son pasos fáciles de dar, pero tampoco imposibles.
Fte. Modern Diplomacy (Giancarlo Elia Valori)
El profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Está en posesión de prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha impartido conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group».