El informe recién publicado por el grupo de trabajo germano-francés sobre la reforma institucional de la UE muestra que el objetivo de la Unión debe ser prepararse para la ampliación en 2030, lo que incluye una serie de reformas de la labor del Parlamento Europeo, el Consejo de la UE y la Comisión Europea.
El informe del grupo de trabajo, titulado » Sailing on High Seas: Reforming and Enlarging the EU for the 21st Century» fue publicado por Politico, con sede en Bruselas.
Los países candidatos tendrían que cumplir los criterios políticos de adhesión, incluida la resolución de disputas territoriales y la alineación con la política exterior de la UE, y no debería haber un procedimiento acelerado.
El grupo de trabajo de expertos que elaboró el informe se creó en enero para hacer recomendaciones sobre las reformas institucionales de la UE. Fue iniciado por la Secretaria de Estado alemana para Europa y el Clima, Anna Lührmann, y la Secretaria de Estado francesa de Asuntos Europeos, Laurence Boone.
«Es importante que los gobiernos decidan iniciar el proceso sin más demora. Algunas reformas pueden aplicarse a corto plazo sin cambios en el Tratado en una primera fase a partir del otoño de 2023 y antes de las elecciones europeas de 2024. Las reformas que requieran un cambio de tratado deberían abordarse durante el próximo ciclo institucional (2024-29)», recomendaron los expertos.
«Para recuperar la credibilidad, la UE debería fijarse el objetivo de estar preparada para la ampliación en 2030 y los candidatos a la adhesión deberían trabajar para cumplir los criterios de adhesión a la UE en esta fecha más temprana de entrada… Los nuevos dirigentes políticos tras las elecciones europeas de 2024 deberían comprometerse plenamente con este objetivo y con el proceso de reforma necesario para alcanzarlo», señala el informe.
La segunda recomendación es dividir las rondas de adhesión en grupos más pequeños de países (una «‘regatta») en pleno cumplimiento del enfoque basado en los méritos y teniendo en cuenta los posibles conflictos bilaterales.
Los países en vías de adhesión también deberían alinearse plenamente con la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, en particular con su política de sanciones.
«Por razones de seguridad y estabilidad, los países con conflictos militares duraderos no pueden adherirse a la UE. Lo mismo se aplica a los países con un conflicto territorial con otro país candidato o un Estado miembro de la UE», señala también el informe.
Otros principios de la ampliación son la igualdad, es decir, el rechazo de la vía rápida para determinados países candidatos, así como la integración progresiva de los países candidatos en las políticas de la UE y la reversibilidad si un país experimenta retrocesos en los criterios de participación.
Según la sección del informe titulada «Preparar las instituciones de la UE para la ampliación», la entrada de hasta 10 nuevos Estados miembros cambiará masivamente la composición, la composición y los procesos de toma de decisiones en todas las instituciones. Por lo tanto, habrá que llevar a cabo reformas institucionales para que la UE esté preparada para la ampliación.
El informe recomienda mantener el límite de 751 diputados o menos en el Parlamento Europeo. Las estimaciones del Parlamento para 2024 ascienden a 2.383.401.312 euros (¡sic!).
«Antes de la próxima ampliación, todas las decisiones políticas restantes deberían transferirse de la unanimidad a la mayoría cualificada. Además, excepto en la Política Exterior y de Seguridad Común, esto debería ir acompañado de la plena codecisión con el Parlamento Europeo», propone el informe.
En concreto, en lo que respecta a la ampliación, el informe propone que la validación de cada capítulo de negociación pase al voto por mayoría cualificada para agilizar el proceso de ampliación, pero que la ratificación final de un tratado de adhesión siga siendo por unanimidad.
En cuanto a la Comisión Europea, los expertos no ven posible mantener la lógica de «un Estado miembro, un Comisario» sin una jerarquía formal en una UE ampliada.
Para responder a las preocupaciones legítimas de los Estados miembros en relación con la votación por mayoría cualificada y la protección de los intereses nacionales como poderes estatales fundamentales, el informe propone varias formas de hacer más aceptable la votación por mayoría cualificada, incluido el reequilibrio de los porcentajes de voto de la votación por mayoría cualificada respecto al sistema actual, en el que el 55% de los Estados miembros representan al 65% de la población de la UE.
Según el informe, no todos los Estados europeos querrán o podrán adherirse a la UE en un futuro previsible, e incluso algunos Estados miembros actuales pueden preferir formas de integración menos estrictas. Por ello, los expertos recomiendan concebir el futuro de la integración europea en cuatro niveles distintos, cada uno con un equilibrio diferente de derechos y obligaciones.
El círculo interior estaría formado por los países que deseen participar en formas de integración más profunda. El segundo círculo, la UE, estaría formado por todos los Estados miembros actuales y futuros que operan bajo las competencias actuales de la Unión.
El informe señala que el primer círculo exterior, el de los miembros asociados, permitiría racionalizar las distintas formas de asociación con los países del EEE, Suiza o incluso el Reino Unido. El ámbito central de participación sería el mercado único.
El segundo nivel exterior no incluiría ninguna forma de integración con la legislación vinculante de la UE ni requisitos específicos del Estado de Derecho y no permitiría el acceso al mercado único. En cambio, se centraría en la convergencia geopolítica y la cooperación política en ámbitos políticos de importancia y relevancia mutuas, como la seguridad, la energía o el medio ambiente y la política climática, etc.
Según el informe, «los fundamentos institucionales de la recién creada Comunidad Política Europea podrían mejorarse para ofrecer una cooperación más estructurada».
Fte. Modern Diplomacy